lunes, 10 de noviembre de 2008

Los nuevos enamorados del patrimonio de Toro no engañan a nadie

En las últimas semanas parece que a la Consejería de Cultura y Turismo, al Sr. Alcalde-Senador y a sus acólitos les ha entrado un súbito enamoramiento por el patrimonio toresano después de nueve años sin preocuparse lo más mínimo de un patrimonio, que además de su valor intrínseco, es fundamental para el desarrollo del sector servicios en Toro.
La realidad es que esto es como todo lo poco que hacen: de modo superficial, pura imagen y tras las múltiples críticas recibidas y las innumerables meteduras de pata cometidas que podrían haber sido evitadas.

No engañan a nadie con las declaraciones como Bienes de Interés Cultural por parte de la Junta de la Plaza de toros y del Teatro Latorre en este año 2008 (BOCYL, 5 de junio de 2008), cuando los expedientes llevaban incoados desde 1981 y 1980 respectivamente. Es decir, “sólo” han tardado 27 y 28 años respectivamente. Ahora falta aplicar en la práctica esa figura de protección y que no pase como en San Pedro del Olmo, que también es BIC y ahí tenemos su lamentable estado.
No engañan a nadie con la Plaza de Toros, comprada con el dinero del canon del agua, mucha más cara de lo indicado en los informes técnicos y en la que llevan “actuando” la friolera de siete años y todavía lo que queda. Cuando se quiera inaugurar habrán pasado más de 10 años de su compra y se habrán gastado más dinero del que realmente requería su rehabilitación. Y eso tras la presión realizada, las críticas recibidas y la aparición en un programa electoral, que no era precisamente el del PP (¡ah!, pero ¿tenían programa electoral?; ¿no era un álbum de fotos?) de la necesidad urgente de actuar en la misma. “Sólo” van a tardar más de 10 años en su rehabilitación.
No engañan a nadie con la intervención en la Colegiata que ha llegado tarde y mal como en ellos y en sus jefes regionales es norma. Todo ello, gracias al dinero de una Fundación privada, tras el aluvión de críticas vertidas, incluidas destituciones vergonzosas por el camino y actuaciones poco claras del Alcalde-Senador, la caída de elementos arquitectónicos de esta joya artística y con un Plan Director e informes técnicos realizados en el año 2000 que dejaban clara la urgente necesidad de actuar. “Sólo” han tardado 8 años en actuar. Van mejorando.
No engañan a nadie con la declaración de Área de Rehabilitación del Casco Histórico, donde habrá serios problemas con la aportación económica del ayuntamiento, que no puede ser inferior a la de la Junta de Castilla y León, sin incluir en los presupuestos del 2008 y con un estado ruinoso de las arcas municipales; lo quieren utilizar para pavimentar algunas calles (y para eso están los Planes Provinciales de Obras) con una selección arbitraria de calles y plazas. Y como siempre todo hecho a última hora (entra dentro del Plan de Vivienda Estatal 2005-2008), perdiendo parte de las inversiones y con múltiples correcciones de la Dirección General del Patrimonio Cultural a la documentación presentada por el Ayuntamiento de Toro.

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