lunes, 17 de diciembre de 2007

Plaza de San Agustín y el Alcázar: un ejemplo de lo que no debe ser

El lamentable estado en el que se encuentra la Plaza de San Agustín es uno de los mejores ejemplos de la dejadez, falta de trabajo, ausencia de ideas del equipo de gobierno del PP y actuaciones a golpe de ocurrencia del Sr. Alcalde-Senador.
La ocurrencia fue solicitar y realizar el paseo que va del Alcázar al Espolón por las barranqueras con los dineros del Plan Arquimilenios II (2004-2008), que ha sido tirar el dinero y un atentado ecológico contra las barranqueras. Para constatar la barbaridad señalaremos unos pocos ejemplos, con menores inversiones que la realizada en Toro, de lo que se ha hecho en otras localidades:
ALCAÑICES: Pavimentación Plaza Mayor. Coste: 420.850 euros
VILLAR DE FALLAVES: Rehabilitación de iglesia parroquial. Coste: 542.450 euros
ARÉVALO: Plaza de la villa. Coste: 518.011 euros.
EL TIEMBLO: Acondicionamiento del mercado de abastos como centro cultural (dos plantas). Coste: 413.938 euros.
Todas las comparaciones son odiosas, pero estás además hirientes, pues vemos que no es una cuestión de que esté un partido u otro en el gobierno, sino de sentido común de los gobernantes. Bien utilizado, el programa Arquimilenios II habría servido para mejorar considerablemente el casco histórico. Está claro que Izquierda Unida de Toro no habría agredido las barranqueras naturales del Espolón, y no las habría cubierto de cemento y hormigón, pues son la imagen de Toro, cuando se llega desde el Sur, ahora dañada de modo irreversible. El programa Arquimilenios habría servido para el arreglo integral de la Plaza de San Agustín. Su estado actual es el mejor justificante: pavimento destrozado, plataforma derruida, farolas sin luz, contenedores sin vaciar, etc.


Foto 1. Borde de la plataforma que se está desgajando.
Lleva así meses y en la zona de separación se acumula cada día más basura.


Foto 2. Pavimento y escalones de la plataforma en total deterioro.


Las soluciones, que vendrían dadas por invertir adecuadamente los recursos que se pueden lograr, realizando un arreglo integral de la plaza, pasarían por:
- Acondicionamiento de la plataforma existente delante del Alcázar
- Establecimiento de una oficina de turismo y de recepción de visitantes, eliminando la instalada en la Estación de Autobuses que no cumple ninguna función
- Creación de un aparcamiento exclusivo de autobuses turísticos
- Pavimentación e iluminación adecuadas
- Soterramiento de contenedores y cableado


Todo ello debería ligarse a un proyecto de rehabilitación y acondicionamiento del Alcázar de Toro como sede del Consejo Regulador y del futuro Museo de la Denominación de Origen, de modo que compartirían algunas instalaciones (sala de catas, salón de actos) y algún personal (conserjes, limpieza). Para ello, sin duda alguna, se pueden y deben conseguir ayudas de otras administraciones (estatal, autonómica, provincial) y de Fundaciones. Los proyectos de estudiantes están bien para aprobar la materia de un máster y pueden servir para un futuro concurso de ideas, pero no solucionan nada y son una tomadura de pelo a los ciudadanos, al Consejo Regulador y a todo el sector turístico y enológico de Toro, y una puesta en escena un tanto infantil.

A golpe de ocurrencia no se puede administrar un ayuntamiento.

lunes, 10 de diciembre de 2007

El Alcalde-Senador de las ocurrencias y su equipo de gobierno no resultan creíbles

Estamos asistiendo en los últimos días a una lluvia de propuestas, supuestos planes económicos, posibles sedes de organismos, probables proyectos de rehabilitación y construcción y reales subidas de tasas para el año 2008 enmascaradas con el disfraz de actualizaciones de precios con la inflación. Todo ello no resulta creíble, sino todo lo contrario: increíble. Y ello es debido a la desfachatez con que se hace y a la larga trayectoria de incumplimientos, engaños y verdades a medias a que nos tienen acostumbrados el Alcalde-Senador y sus adláteres. Y ello conecta con la proximidad de las elecciones generales del mes de marzo, a las que se quiere volver a presentar como Senador, único medio de vida del actual alcalde de Toro.

1) Las declaraciones del Presidente del Consejo Regulador de la D.O. Toro sobre la sede prometida en campaña electoral, fueron rápidamente contestadas en la prensa por el Sr. Alcalde-Senador con la contrapropuesta absolutamente fantástica, dado el estado actual, de una sede temporal en la capilla del Palacio de los Condes de Requena, mientras se busca financiación para la rehabilitación y acondicionamiento del Alcázar. Esto, cualquier persona sensata y razonable sabe que es una ocurrencia sin sentido y que lo que hay que hacer es ponerse manos a la obra para solucionar el problema de la sede del Consejo, facilitando en todo lo posible la consecución de una sede y la rehabilitación inmediata del Alcázar. Para ello se debería intentar conseguir una partida presupuestaria en los presupuestos de la Junta del año 2008 e implicar a la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León. Y por supuesto no hay que manipular trabajos de estudiantes que hacen un máster para dar la impresión de que se está haciendo algo. Esto es tomar el pelo al Consejo Regulador y a la ciudadanía.

2) El supuesto plan económico para la compra de Montelarreina con valoraciones económicas distintas según como se haya levantado ese día el Alcalde-Senador (tan pronto son 631.000 euros, como 605.000) y pretensiones diversas (tan pronto quiere construir 40 viviendas como utilizar los terrenos para dotaciones comunitarias, que pueden ser públicas o privadas y no solo públicas como manifestaba el Alcalde-Senador)[1]. Y ello a pesar de la buena disposición del Ministro de Defensa para firmar un tercer convenio, tras los dos fracasos anteriores del Alcalde-Senador. Por otro lado, resulta escandalosa la insistencia en que utilizarían fondos propios del ayuntamiento de Toro, cuando no hay tan siquiera liquidez para hacer frente a los pagos de tesorería del día a día (recuérdese el suplemento de crédito para pagar una multa a la Confederación Hidrográfica del Duero). Esto es, o falta de realismo o no decir la verdad.

3) Las subidas de tasas enmascaradas de actualizaciones con la inflación y que siguen el ciclo electoral (es una política general del PP tras ganar las elecciones de mayo: un caso similar lo tenemos en Salamanca): subimos las tasas los dos primeros años de legislatura y las mantenemos el tercer y cuarto año que es electoral. En el programa electoral del PP toresano no aparecía nada sobre aumentar las tasas. Eso sí, aparecía una foto de la Depuradora construida por la Junta, como era su obligación por una Directiva comunitaria, pero no la imposición de una tasa a los ciudadanos, cuando ésta pasase a competencia municipal. Esto es sencillamente engañar a los ciudadanos.

4) La última boutade del Alcalde-Senador y sus adláteres es la petición a la Consejería de Sanidad de cuatro nuevas especialidades (Ginecología, Traumatología, Endocrinología y Cardiología), y en cambio no se insiste en la segunda plaza de pediatría como ha pedido la ciudadanía y demuestra su necesidad el número de consultas existente; o que la consulta de oftalmología sea todos los día y con el mismo oftalmólogo, y no sólo dos veces a la semana y cada vez con un oftalmólogo distinto que desconoce a los pacientes; o la necesidad de más ambulancias para la ciudad y comarca. Es decir, no se pide lo más básico y necesario, y se dice que se piden otras cosas menos urgentes, que si se logran bienvenidas sean. Esto es desviar la atención de las verdaderas necesidades y de las peticiones ciudadanas razonables.

Izquierda Unida de Toro pide un poco de seriedad y responsabilidad a la hora de gobernar al equipo de gobierno dirigido por el Alcalde-Senador, una actuación rigurosa y sensata, dejar de marear la perdiz, engañar, decir las cosas a medias, hablar en los medios de comunicación en función de las citas electorales y, por último, una cosa muy sencilla, pero que les cuesta mucho: trabajar.

[1] Véase la diferencia entre lo señalado en El Norte de Castilla del 2 de octubre y La Opinión-El Correo de Zamora del 8 de diciembre.